Sesión 5. Actividad 2. Análisis y abstracción de información
BANCOS DE GERMOPLASMA
COMO ESTRATEGIA DE SEGURIDAD AGROALIMENTARIA.
Marco teórico
Una de
las grandes preocupaciones del siglo XXI es la seguridad alimentaria debido a producción
insuficiente de alimentos derivada del cambio climático, el crecimiento de la
población y la rápida urbanización (Roa et al., 2016 y Leunufa y Evans, 2014).
De
acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), la diversidad de plantas, animales, recursos acuáticos,
microorganismos e invertebrados son la reserva estratégica de la que dependen
todos los sistemas de producción de alimentos (FAO, 2016).
La
pérdida irreversible de la diversidad genética, conocida como erosión genética,
incrementa la vulnerabilidad de los cultivos agrícolas frente a los cambios
repentinos en clima y la aparición de nuevas plagas y enfermedades (Esquina-Alcazar,
2005). La diversidad genética de los cultivos proporcionan los elementos esenciales
para mejorar la productividad, la resiliencia y la composición nutricional de
los cultivos (Roa et al., 2016).
Conservar
la diversidad de los recursos genéticos para la agricultura y la alimentación requiere
estrategias complementarias, tales como sostener los ecosistemas y el desarrollo
de colecciones ex situ como los
bancos de genes (FAO, 2016).
Muchas
comunidades locales de todo el mundo han preservado la biodiversidad agrícola
al recolectar germoplasma valioso junto con un archivo de información relevante
(Rani, 2000) y los bancos de semillas y genes establecidos en muchas partes del
mundo han tenido éxito en: la conservación de un gran cantidad de cultivos,
cultivares y especies, lo que contribuye a la seguridad alimentaria en el regiones
a las que sirven estas instituciones (Leunufa y Evans, 2014).
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